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79 edición de los Oscars de Hollywood-Babilonia. Sesión Golfa no os ofrece esos listados pesadísimos con quinielas absurdas, ganadores sorpresa y perdedores largamente anunciados. Simplemente un par de apuntes que a uno le alegran el corazón entre tanto botox mal inyectado y tanto peluquín desaforado.

1º- El Laberinto Del Fauno se consolida como lo que es: un auténtico éxito, creativo y comercial, que ya es decir. Ya la película hispana de más recaudación en los EEUU. Los chavales de la empresa de F/X de maquillaje barcelonesa DDT, curtidos en la Serie B y el gore putrefacto le arrebatan de las manos a los expertos yanquis su oscar al Mejor Maquillaje y Peluquería. Bravo por ellos. ¡Viva el látex!. Guillermo Navarro, manita derecha del cuate Del Toro, maravilla al respetable con su luz (como ya hizo en Hellboy, en El Espinazo Del Diablo, en Jackie Brown... aunque nadie se daba cuenta...) y se lleva la Fotografía. Y la Dirección Artística. Sr. Del Toro, gordo querido, vale que los Oscars sean la feria de las vanidades, y que nadie debería necesitar al calvo de oro para descubrir tu genialidad, pero has conseguido algo muy grande: el éxito en la meca del cine, o lo que viene sa ser lo mismo, capacidad para elegir tus proyectos (con muchos $$$). Has ganado la plena libertad. Bravo por tí.
...
2º - Aleluya hermanos!!!



De pie no, de rodillas tendría que haberse puesto la platea para rendir justicia ante uno de los pocos clásicos vivos del cine que aún tiene fuelle y huevos para seguir haciendo el cine que quiere hacer, tan dentro como fuera del sistema, todo a la vez. Va por tí, italo-gafotas neoyorkino, maestro. La cegera y la ñoñería de la academia ya era insoportable, y como todo el Kodak Theatre iba a consumirse bajo las llamas del infierno redentor, han decidido resolver el entuerto "por compromiso" con algo que te mereces desde hace, por lo menos, 20 años. Y a lo grande señores, porque el oscar te lo entrega el auténtico Trio Calaveras de los 70...



...por supuesto, en la ceremonia faltó el patito feo de la generación, Brian DePalma, pero a él siempre le han excluído de casi todo. ¿Sólo ven barrigudos multimillonarios en la foto de arriba? Pues no olviden, queridos lectores, que estos que se ponen ciegos de ostras y vino de a 600 $ la botella, en su día fueron revolucionarios (sí, hasta mr. Lucas). Cada uno de ellos tiene, al menos, 3 obras maestras en su carrera (excepto mr. Lucas, que sólo tiene 2), y a ver quién es el guapo que ahora sería capaz de encadenar, casi consecutivas, algo como El Padrino I + el Padrino II + Apocalypse Now, o como Malas Calles + Taxi Driver + Toro Salvaje etc, etc, etc...




PD: que sí, que la pipiola de Pe se quedó sin su calvo dorado, pero ya sería la risa arrebatarle la estatua a una monstrua como Helen Mirren. La dulce Pe es una actriz mediocre que en los EEUU sólo ha hecho películas mediocres y que sólo trabaja bien cuando tiene encima de la chepa a Almodovar o a Trueba...
Gracias por la oportunidad, brother.
Inicio la sección Fotodrama, con un clásico en kILL Yr. Ydols y en mi viaje particular... es Ana, sin miedo. Escuchando el futuro por una mínima rendija que le permite descubrir las desilusiones, traiciones e injusticias que envuelven la risa y los sueños. Es Ana, que descubre el mecanismo del mundo muy pronto para así ganar tiempo. Es Ana, que corre hacia adelante para tomar impulso...


HARD CANDY, 2005, Estados Unidos
-DR: David Slade
-PRODUCTOR: Michael Cadwell, David Higgins y Jody Patton
-GUIÓN: Brian Nelson
-FOTOGRAFÍA: Jo Willems
-MÚSICA: Harry Escott y Molly Newman
-REPARTO: Ellen Page y Patrick Wilson, mayormente...





Hoy, con HARD CANDY, nos sumergimos en los pantanos de la (supuesta) polémica. Pero antes de entrar en materia y escalpelo, un aviso: si decides perder dos horas viendo HARD CANDY (Sesión Golfa lo recomienda), quizás la disfrutes más si no sabes absolutamente nada sobre ella... ¿seguirás leyendo?...

... (espacio disponible para publicidad)...


No hay nada mejor que hacer acopio de la sección de sucesos de cualquier medio, escribir un guión al respecto, arrojarlo al mundo y después esperar que el personal se lleve las manos a la cabeza. ¿De que cosa hablamos? Pues de algo tan jodido como la pedofilia y sus redes en internet, plasmado en una peli independiente con vocación mayoritaria. En realidad, David Slade no ha descubierto América, aunque algunos lo quieren hacer creer. El tipo ha decidido apostar sobre seguro, por muy arriesgada que pueda parecer su propuesta. Un guión bien construido, unas interpretaciones (sobre todo una...) muy ajustadas, una elaborada dirección y, sobre todo, un argumento polémico y... voilá!... todo el mundo hablará de tí. Premios varios en festivales (Mejor Película en Sitges, entre otros) y debate encendido (y estéril) allá donde se proyecta. ¿Riesgo? No. ¿Tipos listos con el marketing? Po zí.

¿Apología de la venganza? ¿Oda a la castración?... Soplapolleces. Una de las mayores trampas de la crítica: extrapolar lo que es o lo que hace un personaje a toda la humanidad mundial de similares características. Generalizar para provocar polémica. Cargar de intención una obra en beneficio propio. Una soberana estupidez. ¿Qué pasa? ¿Pensaban Scorsese y Paul Schrader que todos los taxistas de Nueva York eran Travis Bickle? ¿Es Henry el retrato de un asesino o de un parado? ¿Todos los granjeros que viven con su mamá a los 50 años son Ed Gein?... eh, bueno, quizás este no sea un buen ejemplo, pero HARD CANDY es lo suficientemente inteligente para individualizar una conducta "polémica" y no tratar de hacer de ello un paradigma universal, a pesar de lo que dicen y dicen por ahí.



Me muerdo la lengua para no destripar (jejeje) más de lo necesario, pero lo que importa es el resultado, y HARD CANDY es una peli brillante, con sus defectos. La primera media hora es sencillamente prodigiosa, el guión, sólido (con sus caídas tontas, eso sí, tipo "recuerdo aquel verano con mi tía Denise..." cuando nadie recordaría algo así atado a una encimera mientras una adolescente le hurga en la entrepierna con un bisturí), un juego psicológico en el que los roles victima-verdugo se confunden, el depredador depredado, al estilo de la magistral La Huella y, sobre todo, de la también estupenda La Muerte y la Doncella, de Polanski (tipo al que se ataca directamente por su vida personal en la peli, pero del que se plagia casi literalmente algunas escenas... hay que ser más honesto, Mr. Slade...). La dirección, precisa, tan precisa que consigue que lo que podría ser teatro filmado (dos personajes hablan y hablan en un mismo escenario) se convierta en una filigrana audiovisual, usando eso que muchos modernetes de hoy ni conocen y que se llama "puesta en escena". Y claro, ELLA, Ellen Page. Por fin una actriz de 14 años interpreta a una adolescente de 14 años, se mueve como una adolescente de 14 años y respira y habla como una adolescente de 14 años, y no como la tía-abuela de su profe del insti. Casi literalmente, la chavala se come con patatas a su partenaire en la función, con una de esas interpretaciones que marcan para mucho tiempo. Esperemos que siga frecuentando el cine y no una clínica de desintoxicación.

Por último, para los/as aprensivos: tranquilos, la peli no es nada explícita en cuanto a casquería, aunque los espectadores que disfruten de testículos pueden encogerse en algún momento.

CABEZAS:



Lo Mejor: no pierde interés ni un solo minuto. Y la dulce Ellen, claro.

Lo Peor: en el fondo, es bastante superficial.




MAREBITO (SERES EXTRAÑOS), 2004, Japón

DIR: Takashi Shimizu
PROD: Tatsuhiko Hirata
GUIÓN: Chiaki Konaka, basado en su novela
MÚSICA: Toshiyuky Takine
FOTOGRAFÍA: Tsukasa Tanabe
REPARTO:Shinya Tsukamoto, Tomomi Miyashita, Kazuhiro Nakahara, Shun Sugata...


Nipón de mediana edad vive obsesionado con grabar cada uno de sus pasos con una videocámara. Habita en un micro-apartamento rodeado de tecnología casera, pantallas y cintas de vídeo, más solo que las ratas. El tipo no habla, pero piensa mucho, y nos lo hace saber mediante una constante voz en off. Paseando por un andén de metro topa con otro nipón que tiene la firme intención de clavarse un cuchillo en el ojo, incapaz de soportar lo que está viendo y nadie más es capaz de ver. Y se lo clava. Todo queda registrado en la cinta. Nuestro hombre se obsesiona seriamente y observa la imagen una y otra vez: ¿qué está viendo ese hombre?... Cámara en ristre, baja a los túneles del metro de Tokio, guiado por una vieja leyenda urbana: la existencia de los Deros, unos seres "extraños" ("ya tengo título pa esta marcianada", exclamó el distribuidor español) que viven en un submundo subterráneo conectado entre sí. Por allí se encuentra con el ¿fantasma? del suicida, que dice cosas muy raras, y con ELLA... Tirada en una cueva, desnuda y encadenada (en la versión yanqui del cartel la vistieron con un tutú...¿?). Obviamente se la lleva a casa, nuestro nipón está muy solo. La chavala ni habla ni come, y cada día está más débil. Será cuando nuestro amigo descubra las costumbres alimenticias de la chica (¿o será una Dero?) cuando el asunto se complique...


Grabada en 8 días en video digital, MAREBITO podría ser una muestra más de lo que algunos llaman NWOJHM (New Wave Of Japanese Horror Movies, manda huevos), pero que en Sesión Golfa llamamos OFCGTMFALPDTC (Otro Fantasma Con Greñas Te Mira Fijamente A Los Pies De Tu Cama). Takashi Shimizu, creador de toooda la saga LA MALDICIÓN (y de su remake yanqui, THE GRUDGE) es especialista en el género, el trailer (morbosillo él, echadle un vistazo) no hace más que confirmarlo, pero una vez más, todo el mundo nos engaña. MAREBITO no es una más del montón, sino más bien una fábula existencial sobre la incomunicación, la subjetividad y la incapacidad de relacionarse con el entorno.

Extraña, de ritmo muy nipón (lento / contemplativo / analítico / críptico / a veces desquiciante), mucho más psicológica que terrorífica, llena de referencias por todas partes (de Lovecraft a Ernesto Sábato), con una factura humilde, casi artesanal, la película se beneficia de la interpretación (fría, inexpresiva) del gran Shinya Tsukamoto, actor/director/enfermo mental que combina sus obsesiones particulares con las que plantea el film (revisad su filmografía, que no sólo de Tetsuos vive el hombre). Así, la película se aleja del terror tradicional para componer un retrato hipnótico y morboso sobre este individuo y su obsesiva, absolutamente descarnada búsqueda de algo que dé sentido a su lamentable existencia. Tanto es así, que en un giro tachán! en su último tercio, la historia nos hace plantearnos todo lo que hemos visto anteriormente, lo que redobla la sensación de:

a) Coño! Entonces...

b) Mmmm...

Al menos yo no me sentí engañado por este quiebro argumental (sigue habiendo cabos sueltos, no es una explicación cerrada), sobre todo por ese final tan poético/parabólico, esa bajada definitiva de este Orfeo nipón a sus infiernos.

Me consta que más de uno se salió del cine cuando, a los 45 min de peli, aún no había fantasma trotón pululando por ahí...

CABEZAS:


Lo Mejor: su riesgo y su ambigüedad.

Lo Peor: peligro de indigestión.


TIDELAND, 2005, Canadá/Reino Unido

DR: Terry Gilliam
PROD: Jeremy Thomas y Gabriela Martinelli
GUIÓN: Terry Gilliam y Tony Grisoni, basado en la novela de Mitch Cullin
MÚSICA: Jeff y Mychael Danna
FOTOGRAFÍA: Nicola Pecorini
REPARTO: Jodelle Ferland, Janet McTeer, Brendan Fletcher, Jeff Bridges, Jennifer Tilly...




La paradoja eterna de la ciencia moderna: ¿el observador, por el simple hecho de mirar, modifica lo observado? Si lo aceptamos, ¿es posible entonces algún conocimiento verdadero y objetivo sobre esa palabra hueca que el personal humano ha decidido llamar “realidad”?

Mirar el mundo. Mirando TIDELAND. Entonces lo captas. La sutil diferencia entre disfrutar y conectar, entre gustar y sentir como propio. Reconocer el mundo a través de otra mirada. Una sensación acongojante sólo comparable al buen amor y al buen sexo. Y a Terry Gilliam…

Eh… un momento…

No es cuestión de tirarse al sr. Gilliam, ni de mirar las estrellas a su lado en lo alto de un castaño (algo en si mismo bastante gillianiano, y con esto me invento una palabra exclusiva para Sesión Golfa). No es eso. Se trata de esa pequeña descarga eléctrica que sucede cuando reconoces como propio a un yonqui al que su diligente hija le prepara todas las noches su dosis de heroína como el que cocina un pastel, para que “papá se vaya de vacaciones un rato”… y entonces sonríes. Gilliam mira el mundo de una niña que está mirando, devorando el mundo, abandonada en la vida. Y tú miras lo que Gilliam mira. Triple salto mortal con tirabuzón.

A primera vista, TIDELAND es una especie de caos, mayormente ruidoso, en ocasiones estremecedor, a veces desconcertante, siempre deslumbrante en su coherencia, en su sinceridad. Mil y un referentes dando vueltas por ahí. El más obvio, Alicia, su Espejo y su País de las Maravillas, su lógica del caos y su deslumbrante poesía. Mi tesis: Gilliam lleva toda su vida maquinando la misma historia, una variante demencial, alucinada y contemporánea (intemporal) del Quijote del manco de Lepanto. ¿Qué son sino Brazil, El Rey Pescador, Doce Monos, Miedo y Asco en Las Vegas o la mismísima Hermanos Grimm?... La locura auto-celebrada, causante de placer y dolor, la subjetividad más sincera, la búsqueda de una forma rara de justicia, de salir del pozo existencial y sobrevivir dignamente, el único modo humano y plausible de mirar y comprender el mundo. Si el cine de Gilliam es poesía filmada, entonces es que Gilliam es un poeta. Un pequeño milagro ocurre ante nuestros ojos: cuando el cine da ese pasito de gigante para demostrar su grandeza como lenguaje y como forma de expresión. Tal cual, hermanos.







Como dijo Sam Raimi, ese enfant terrible, ya ni enfant ni mucho menos terrible, “el cine sale de debajo de las piedras”. Así es. Gilliam acaba escaldado de su abortado proyecto The Man Who Killed Don Quixote y acaba sumido en una profunda depresión. Una compañía de seguros retiene todos los derechos sobre esta película-feto, mientras el proyecto languidece, paralizado en una maraña de juicios, apelaciones y otros laberintos legales (todo esto está explicado en Lost In La Mancha, un modélico “así no se hizo”, una de las más bellas crónicas de un fracaso jamás filmadas). Gilliam, que no sabe hacer otra cosa en la vida salvo lucir sombreros, baraja otros proyectos, hasta que ve la luz: los hermanos Weinstein, de Miramax, le ofrecen dirigir Los Hermanos Grimm, biopic inventado sobre los famosos cuentistas, que parece que se acopla bastante bien a su universo, y Gilliam acepta. Necesita un taquillazo para seguir haciendo lo que quiere, así de simple. Las discusiones no tardan en llegar. Disgustado porque no le dejan deformar la jeta del guaperas Heath Ledger con una nariz postiza, Gilliam abandona momentáneamente el rodaje y se larga a su casa para recapacitar y fumar marihuana. Entonces cae en sus manos la novela TIDELAND, de Micth Cullin. Revelación. Llamada inmediata a su colega Toni Grisoni, coguionista habitual (recuerdan ¿Miedo y Asco En Las Vegas?) y se ponen a currar frenéticamente en el libreto hasta que el bueno de Terry decide que va a rodar la adaptación. ¿Comor? Terry, ¿no estás rodando ya otra película? Efectivamente. Mientras los Weinstein tratan de averiguar dónde coño está su director, éste está rodando en semi-secreto TIDELAND, con un presupuesto irrisorio y unos cuantos colegas, que como saben de qué va el tema, acuden a la llamada ipso-facto. Jeff Bridges compone un antológico personaje, un Gran Lebowski elevado a la enésima potencia que desaparece de escena (bueno, no exactamente… eh… tienen que verlo…) a los 30 minutos. En cuatro meses tiene la película montada y lista para el… ¿estreno? Como ya ha realizado su catársis personal, Gilliam regresa al set de los Grimm, se la sopla que no le dejen ponerle la prótesis al guaperas, y termina su otra película con diligencia y profesionalidad. Película irregular pero nada desestimable, por cierto, pero eso es otra historia…

El film hace buenos números, los ejecutivos se dan palmaditas en la espalda por haber metido en vereda al problemático Gilliam, por haber logrado domar al viejo zorro, pero… ¿dónde está Tideland?... ¿se ha estrenado Tideland?... ¿qué pasa con Tideland?...

Esto pasa con Tideland...





PD: como en España la mayoría de los distribuidores son disléxicos o imbéciles, aún nadie la ha traído por estos lares. Busquen en e-mule o visiten Poseídos, donde se la ofrecen amablemente.


CABEZAS:

- Lo Mejor: su simple existencia.

- Lo Peor: nos obligan a delinquir para verla.

Tenía que pasar. Sesión Golfa se independiza de su madre patria, Mondo Zombie, y se lanza a la aventura de la indigencia audiovisual en la red. Cine, sólo cine y nada más que cine van a encontrar en este blog, destripando novedades y recordando viejas glorias, sin criterio, orden ni concierto.
Para empezar, un par de recordatorios ya publicados:

- Las Colinas Tienen Ojos, de Alexandre Ajá

- El Laberinto Del Fauno, de Guillermo del Toro

Permanezcan atentos a sus pantallas...