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PROMETHEUS / EEUU / 2012

Dirección: Ridley Scott
Guion: Jon Spaihts y Damon Lindelof
Producción: Ridley Scott, David Giler y Walter Hill
Música: Marc Streitenfeld
Fotografía: Dariusz Wolski
Montaje: Pietro Scalia
Diseño de producción: Arthur Max 
Vestuario: Janty Yates
Interpretación: Noomi Rapace (Elizabeth Shaw)Charlize Theron (Meredith Vickers),Michael Fassbender (David)Guy Pearce (Peter Weyland)Idris Elba (Janek)Logan Marshall-Green (Charlie Holloway)Rafe Spall (Millburn),Sean Harris (Fifield)


Empanada
1. f. Masa de pan rellena de carne, pescado, verdura u otros ingredientes, cocida en el horno.
2. f. Acción y efecto de enredar u ocultar un negocio.
3. f. coloq. Confusión de ideas.

PROMETHEUS:  
1. f. Argamasa de conceptos rellena de la Biblia, la secta de los Raelianos, iconografía cristiana y grecorromana, la propia mitología de Alien y su pizca de Lovecraft, horneada en un cerebro muy cocido.
2. f. Acción y efecto de enredar arriba y abajo con una película muy esperada, ocultando sus flaquezas, esperando que todo el mundo pase por taquilla y el negocio salga redondo.
3. f. coloq. Empanada espacial de sepia en la Semana Santa extraterrestre.


Para muchos, entre los que me incluyo, PROMETHEUS era algo así como la película soñada del año y, desde cierto punto de vista, la peli soñada desde hace bastantes años. El ansiado regreso de Ridley Scott no sólo a la ciencia ficción (desde BLADE RUNNER, por diox) sino al universo del que él mismo se encargó de levantar los cimientos: la saga ALIEN. De tortuosa gestación, PROMETHEUS comenzó siendo una precuela directa de ALIEN, que se dividiría en dos partes, con libreto de Jon Spaihts y dirección de Carl Rinsch, protegido de Scott que, como él, también viene de la publicidad. Después, cambio de rumbo: PROMETHEUS no sería una precuela, sino una película independiente de la saga con algunos puntos en común con la serie del xenomorfo. Scott toma ahora las riendas del rpoyecto y llama al celebérrimo Damon Lindelof, uno de los guionistas de LOST, que le da un tremebundo magreo al guión precedente, tratando de conciliar, digo yo, lo ya escrito (todo aquello que conecta ésta con la primera de ALIEN) y añadiendo una serie de elementos nuevos que, en realidad, lo que pretenden abiertamente es iniciar una nueva serie de películas. En realidad, todo esto mola como rollo informativo, quizás ayude a entender el destrozo en algunos apartados, pero lo que cuenta, siempre, es el resultado final. Y PROMETHEUS no es, ni por el forro, la película que estábamos esperando, porque su guión es un gran agujero negro por el que se desintegra, sin piedad, todo lo que esta película podría haber sido y no es.


Y a partir de aquí, SPOILERS por un tubo, amigos. No he visto LOST pero he visto PROMETHEUS. Se me han quitado las ganas de ver LOST. Quizás sea injusto achacar todos los males del discutible libreto al sr. Lindelof, ya que el "amigo de los símbolos" partía, como comentamos, del guión previo de Jon Spaihts. Por lo tanto, muy difícil dilucidar cuáles de las cienes de cagadas e incoherencias argumentales de PROMETHEUS son suyas. Aunque, por lo leído y comentado por muchos fans de la serie de TV, parece que la mayoría. El gran problema de base de esta película, para empezar, es la enorme distancia que separa lo que se pretende con el resultado final. Parece que Ridley quería una película de ciencia-ficción de altos vuelos, buscando cierto concepto trascendente jugando con las preguntas más antiguas de la Humanidad: ¿quienes somos? ¿de dónde venimos? ¿fuimos creados?. Ningún problema con eso, colega. Incluso cuando el ALIEN original era cualquier cosa excepto pretencioso. La movida es que, partiendo de una premisa tan jugosa como la que afirma que nosotros somos extraterrestres, fascinante aunque poco original en el ámbito de la ciencia-ficción y el terror cósmico (con leer a Arthur C. Clarke y a Lovecraft bastaría), Scott & cia rizan el rizo tratando de encajar semejante embolado teórico-existencial con el  propio imaginario de los aliens, bañado de cierto espíritu serie B de lo más zarrapastroso y, por si esto fuera poco, con una avalancha de iconografía religioso-mitológica que, mire usted por donde, no hay quien se la trague sin anestesia. Teniendo en mente, además, que esto es un blockbuster veraniego, que la película ha costado lo mismo que una misión a Marte, y que hay que atraer al respetable con las obligatorias dosis de fuegos artificiales. Y todo ello, por supuesto, lo suficientemente confuso, superficial y malabarístico para que todo y nada se explique a la vez, en una suerte de puzzle que roza lo absurdo por momentos, no sólo incoherente sino, en algunos pasajes, directamente contradictorio.


¿Ejemplos del cacao conceptual? Comenzamos con los xenomorfos: su origen. En pie, seguidores de la saga ALIEN. Todo en PROMETHEUS juguetea con el concepto de mutación genética y mezclas de ADN como germen de la vida, o de nuevas formas de vida. Vale. Como bien queda claro en su viscoso epílogo, parece que el Alien (o un proto-alien, vaya usted a saber) es fruto de la combinación del misterioso chapapote con el ADN de los Ingenieros, por puro azar. Esto tiene algo de sentido, porque antes hemos visto versiones de un proto-facehugger en forma de serpiente, y el ciclo vital embrionario de los aliens ya está presente en toda la caraja previa, entre pulpos, krakens y zombies violados oralmente. Pero entonces... ¿por qué en el mural de la sala de vasijas, que recordemos tiene más de 35 mil años de antigüedad, aparece ya una reina alien iconográfica, adorada como una deidad? y, para más INRI, ¿por qué está crucificada?...

La Reina Madre, crucificada por el sistema

Si el alien es fruto casual de la recombinación genética que vemos en la película en tiempo presente, ¿de qué carajo huían los Ingenieros? De los aliens no, si somos coherentes. ¿O sí? Porque resulta que David, el robot, nada más entrar en la pirámide, toquetea lo que parece ser una muestra de esa mítica baba-alien... Por otra parte, ya hemos visto en el prólogo de la película cómo un Ingeniero, en lo que se presupone que es un  ritual de sacrificio, muere al ingerir dicho chapapote y, supuestamente, "crea la vida" en un planeta inhóspito (que puede ser o no la Tierra: supongamos que es la Tierra...). No muta en nada, no se transforma, simplemente se desintegra. Entonces... ¿es la misma chocoplasta de las vasijas? ¿es otra sustancia distinta? Sí, no... quizás. Además, dicha viscosidad parece que actúa a su puta bola dependiendo del organismo que infecte, sin un patrón definido, o sea, provoca cualquier cosa que al sr. guionista le venga bien. Sustancia multitarea ideal para escritores sin ideas. Resumiendo:
  • Ingeniero + Chapapote ADN = Seres Humanos
  • Chapapote ADN + Gusano = Serpiente Espeluznante
  • Chapapote ADN + Champán + Arqueólogo = Zombie Mutante
  • Arqueólogo Pre-Zombie + Sexo con Mujer = Sepia Espacial
  • Sepia Espacial + Un Par de Horas = Kraken Gigantesco
  • Kraken Gigantesco + Ingeniero = Proto-Xenomorfo
Prometheus en plan rápido

Sigamos. Asumamos que los Ingenieros son nuestros creadores, o, al menos, los que provocaron la chispa de la vida en la Tierra (siempre que el planeta de inicio sea el nuestro). Vale. Pero resulta que, además de crear vida, también se dedican a crear armas biológicas, a destruirla. Y los aliens parecen ser el cénit de esta investigación, el arma definitiva. Esto lo sabemos por una secuencia metida con calzador hacia el tercio final. Vale, aún así es coherente con ALIEN, recordad aquel diálogo del mítico Ash cuando le está haciendo la autopsia al facehugger, que lo definía como una "máquina de matar, un perfecto hijo de puta". Hace tropocientos miles de años, los Ingenieros sirvieron de modelo para mogollón de pinturas rupestres muy parecidas entre sí, que parecen funcionar como un mapa estelar. O algo. Pero resulta, que el mapa no nos conduce a su planeta de origen, que parece lo lógico, sino a un trozo de piedra flotando en el espacio que no es más que un inmenso laboratorio biológico donde lo mejor que nos puede pasar es morir entre convulsiones, convertirnos en zombies o ser fecundados por un calamar. Y además, es sólo uno de los muchos planetas donde estos semidioses están desarrollando sus Legos genéticos. Pues vaya una invitación guapa para conocerlos. Puedo admitir que el mito del dios-destructor-de-mundos encaje aquí, aunque sospecho que los Ingenieros, en realidad, son unos cachondos. Y para terminar con las incoherencias internas, otro detalle a estudiar: si el Ingeniero criogenizado es el último vivo de su especie, y muere al final de la película para engendrar un proto-alien, por lo que el proto-alien es, insisto, fruto del azar, entonces: ¿por qué hay huevos de alien en el planeta de la primera película? ¿cómo aparecieron, cómo demonios llegaron allí?


Ahora, juntemos nuestras manos que llegó la Navidad. Obviando el rollete creyente de nuestra heroína y su perenne cruz al pecho, obsesivamente retratada por Scott, la Prometheus llega al planeta un 24 de diciembre, y ella es inoculada-fertilizada, suponemos, que al día siguiente o así. Una mujer que, según ha confesado antes, es estéril. 25 de diciembre. Inseminada por una entidad desconocida incorpórea (el chapapote) a través de su novio mutante. La Inmaculada Concepción. Y el que le anuncia su estado de buena esperanza es un tipo rubio de facciones perfectas y aspecto angelical, al que sólo le faltan las alitas. La Anunciación. Sólo falta el pesebre amigos.  Y la criatura nace, por supuesto. Tirando de este hilo, entonces... ¿es la sepia abortada un Jesucristo extraterrestre? Y si lo es... ¿tiene esto algún sentido más allá de hacer paralelismos gratuitos a diestro y siniestro, todo por la cara? Lo dudo, amigos. Narrativamente, ni tiene sentido más allá del floklore ni va a ningún sitio. Pistas, símbolos, y anzuelos de pescar espectadores que no llevan a ninguna parte. Así pues, cataratas de buenas ideas inconexas, sin cohesión ni relación firme entre ellas. Y un buen guión no son sólo buenas ideas, sino un todo coherente y comprensible. Humo de colores.

Prometheus también quiere ser Kubrick

En muchas ocasiones, una buena construcción de personajes puede hacer que semejante galimatías, como poco, se mitigue. Pero no, aquí tampoco. La tripulación de científicos de élite de la Prometheus se comportan como retrasados, en el mejor de los casos, en especial en los secundarios, que llevan tatuados la frase "carne de cañón" en la frente desde el principio. Sus acciones y reacciones son absurdas e incomprensibles, su dibujo de personajes raquítico. A años luz de la precisa, creíble y riquísima fauna humana que poblaba la Nostromo, por supuesto. Son detalles que, sumados, restan credibilidad a la película a pasos agigantados: que el que se pierde en la pirámide sea precisamente el geólogo encargado de topografíar el planeta es de coña, amigos. Ah, que es punki, fuma maría y aúlla como un lobo. Vale: ¿justificado?... Pero que el biólogo se quite el casco alegremente porque "se puede respirar", obviando la posible presencia de virus o bacterias en el ambiente en un planeta desconocido, y que después trate a la serpiente espeluznante como un peluche encantador... es de traca. Por no hablar de la presencia de tanques médicos de alta tecnología... sólo para hombres (¿?). Lo que uno podría esperar de una rumbera serie B descerebrada en una sesión golfa, pero no de PROMETHEUS. Todo ello, simplemente para justificar una serie de secuencias impactantes, metidas con calzador en el guión de la manera más torpe posible. Afortunadamente, el oasis ante tanta tontuna es David/Fassbender, quizá el único ser bien construido de toda la película y, por descontado, el que se lleva las mejores frases, el único que aporta algo de peso y credibilidad ante tanto disparate. Ni que decir que la heroína, una esforzada Noomi Rapace, queda a años luz del carisma, la presencia y la fuerza de Ripley.

¿Plano de Ridley o fase final en la Playstation?

Así pues, ¿qué hace Ridley Scott con este lamentable panorama? Lo que puede. Obviamente, el apartado visual es, de lejos, lo mejor de la película. Aunque sólo roza en algunos momentos la tensión y la atmósfera que se podía cortar con un cuchillo en aquel octavo pasajero, que sigue siendo la referencia obvia para esta película, hay instantes y secuencias que funcionan como una coreografía visual de muchos quilates, justamente, mira tú por donde, aquellas donde no hay diálogos y el guión se dedica, aunque sea efímeramente, a desarrollar una sola idea. Pienso en el majestuoso y elegante prólogo. En el aterrizaje de la nave en el planeta y en la primera exploración a la pirámide. O en la activación de la silla del piloto del Ingeniero. Momentos que, estos sí, son de una belleza arrebatadora, en los que cada plano está mimado al detalle y que son pura ciencia-ficción con mayúsculas, de la que sugiere y activa las neuronas, al menos las que nos quedan vivas. Pero son, lamentablemente, instantes aislados dentro de un todo muy difícil de digerir. No niego que, con un segundo visionado, PROMETHEUS gane algo de peso, aunque tengo mis dudas. Y tampoco descarto que en su segunda parte, PARADISE, que ya está confirmada, arroje luz a algunas de las mil y una incógnitas que ésta nos ha dejado, siempre que el amigo Lindelof esté a mil kilómetros del proyecto. Pero una película debe hablar y tener valor por sí misma, no depender, en asuntos tan esenciales, de lo que pueda venir después. Si ALIEN, la primera, era una esfera negra flotando en el cosmos, pulida, brillante, enigmática, perfecta, una obra maestra del séptimo arte, PROMETHEUS es un prisma irregular y amorfo de muchas caras bañadas en chapapote, labrado a lo bruto y que refleja sólo  muy ocasionalmente algunos destellos de buen cine.


- Lo mejor: secuencias aisladas (sin diálogos) que reivindican la tremenda potencia, elegancia y belleza visual de Ridley Scott

- Lo peor: un guión tan a medio hacer, tan malo que ralla el sin sentido y consigue sacarte de la película


  CABEZAS


3 vituperios:

Sandra dijo...

Total y absolutamente de acuerdo contigo! Esperaba mucho de Prometheus, tenía esperanzas de que fuera una gran película, pero tal y como vas explicando el guión es una gran empanada que decepciona y a ratos, hasta roza el absurdo ^^U. Es una pena que teniendo los medios y teniendo en sus manos hacer una gran historia se haya quedado en esto.

Para mi David/Fassbender es lo mejorcísimo de la película. Buen personaje y gran interpretación!!

Unknown dijo...

Pues ya somos dos, bueno tres, coincidimos todos... fíjate que yo cre que ni con las escenas eliminadas y el un nuevo montaje del director se arregla esto, y ya se está habalndo de ello

Karba dijo...

Estoy leyendo además que parte de las secuencias eliminadas irán integradas en la peli y parte por separado... en fins, el caso es que todo el mundo está hablando de la peli y todos hemos pasado por caja: negocio redondo. La verdad es que ya estoy un tanto saturado de PROMETHEUS. Quizás la repase algún día, pero dentro de bastante tiempo.
Gracias por pasaros!